miércoles, 12 de agosto de 2020

Helenismo como transición: Camafeo de Gonzaga

 

Ensayo
Por Melisa Martínez
Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Arquitectura Arte y Diseño, Instituto Superior de Arte “Olga Blinder” – Artes Visuales, Primer Semestre

Introducción

Desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) y hasta la conquista romana sobre Grecia (146 a.C.), se desarrolló la etapa Helenística. Aunque algunos historiadores la extienden hasta la muerte de Cleopatra (30 a. C.). Esta etapa pos-clasicista está marcada por profundos cambios en la civilización griega y una expansión de la cultura griega, que, gracias a las grandes conquistas de Alejandro Magno, se esparcen por Europa y Asia Menor, dejando una importante huella en la historia.

En esta época las ciudades Estado griegas más importantes (Esparta, Atenas, Corinto, etc.), vivían una era de decadencia debido a las continuas guerras; y otras como Alejandría tomaban preponderancia mostrando una clara fusión entre las culturas de Oriente y Occidente. El dominio de Macedonia en el mundo griego fue resultado de la gran expansión que lideró Alejandro Magno abarcando las regiones de Macedonia, Egipto, Grecia, Persia, Palestina y Mesopotamia.

En el aspecto político, reaparecen las monarquías; y en el aspecto religioso, había libertad de culto y existía una mezcla entre creencias orientales y occidentales. En lo cultural, Alejandría ocupa el lugar central que fue de Atenas por mucho tiempo, la ciencia, la medicina y las artes tienen un gran desarrollo; el pensamiento de Aristóteles marca un nuevo rumbo filosófico, así como la belleza física y la personalidad de Alejandro Magno que eran “arrebatadoras”. Se universaliza el idioma: el griego Koiné, que significa lengua común o común a todos, llegó a convertirse en el lenguaje internacional, con una gran importancia que no poseían otras lenguas de la época. Llegó a ser el vehículo principal de la cultura helenística.
En cuanto a las artes, se vieron reflejadas las ideas del famoso filósofo Aristóteles. Este filósofo apreciaba las experiencias que el hombre obtenía por medio de los sentidos, los cuales eran usados para el conocimiento de sí mismo y de la realidad. Esta manera de pensar, tuvo una influencia muy notable en las artes visuales.

Florece la arquitectura. Las ciudades helenísticas se diseñaron acorde a un plan geométrico con figuras regulares, entre ellas, circulares con un centro que resaltaban calles conectadas entre sí por círculos agrupados. Se prefería el empleo de elementos ornamentales del orden corintio. De este estilo complicado aparecieron nuevos modelos arquitectónicos como, edificios para el senado y gimnasios, con una abundante decoración. Algunas de las obras de extraordinaria belleza y monumentalidad fueron: El Templo de Apolo y el Altar de Zeus. Se edificaron bibliotecas, pórticos, arcos de triunfo y teatros; entre ellos, dos de las Siete Maravillas del Mundo: El Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.

En este ensayo reflexionaremos sobre la transición del arte griego clásico, al helenístico, y una pequeña proyección de lo que quedo vivo siglos más tarde. Específicamente abordando la obra El Camafeo de Gonzaga.

Desarrollo

Este primer cuadro comparativo entre Grecia Clásica y Helenística nos permite entender mejor la primera transición. También profundizar de paso en los conceptos de ataraxia y en la retórica de Aristóteles ("influencer[1]" de la época) sobre Logos, Ethos y Pathos [2]. En este trabajo no nos detendremos en estos conceptos de forma explícita.


En el ámbito de las artes se vieron fuertemente reflejadas las ideas del filósofo Aristóteles, quien apreciaba las experiencias que el hombre obtenía por medio de los sentidos, los cuales eran usados para el conocimiento de sí mismo y de la realidad. Esta manera de pensar, tuvo una influencia muy notable en las artes visuales.

Así, en el campo de la escultura, se dejó atrás la idealización del ser humano, dando paso a modelos más realistas, ocupándose en aspectos como la fealdad, la vejez, la infancia, las expresiones faciales, etc. Surgieron los retratos de personas, se acentuaron las torsiones de las figuras, el claroscuro del modelado y la tensión muscular. Destacaron obras con medidas superiores a las naturales.

“Y luego el arte desapareció”

El arte helenístico fue víctima del desprecio de la crítica. "Cessavit Deinde ars" dijo Plinio el Viejo en su Naturalis historia (“y luego el arte desapareció”). Un ejemplo de esta paradoja la encontré en el arte del vidrio.

Es en la época helenística cuando los griegos, que no conocían con anterioridad más que el vidrio moldeado, descubrieron el vidrio soplado. Aparecieron nuevas creaciones, sobre todo en Italia. El vidrio moldeado subsistió, sobre todo para la creación de joyas con la técnica del entalle (piedra dura grabada en hueco usada como sello). El grabado en gemas (glíptica) no progresó, quedando reducido a series de alta producción, sin originalidad.

Sin embargo, hizo su aparición el camafeo: tallado en relieve de una piedra para resaltar los relieves por los efectos del color de las diferentes capas, para luego montarse sobre un anillo o colgante.

El período helenístico produjo algunas obras maestras como el Camafeo Gonzaga (izquierda), con los retratos de Ptolomeo II y Arsínoe II, Alejandría, siglo III a. C., conservado en el Museo del Hermitage. Fue tomado como modelo por Rubens, en su obra Agripina y Germánico de 1614 (derecha).




Conclusión

La revolución aristotélica y su gran influencia guía las artes visuales helenísticas por un periodo de lo que llamo un autodescubrimiento social. Como en cualquier proceso de autodescubrimiento, el retrato es un recurso artístico más que válido: esto quedó eternizado en las esculturas y sus nuevas torsiones, así como en las monedas acuñadas con el rostro de Alejandro Magno.

Tomé el ejemplo del Camafeo de Gonzaga para analizar dos factores: en primer lugar, la transición en la materialidad de las obras helenísticas descubriendo como plasmar mejor las ideas aristotélicas, y en segundo lugar estar en desacuerdo con Plinio, al notar que el helenismo llegó hasta Rubens siglos después.